GRANDES POTENCIAS DEL IMPERIALISMO
GRANDES POTENCIA DEL IMPERIALISMO
Alemania:
El Imperio alemán fue la forma de Estado que existió en Alemania desde su unificación y la proclamación de Guillermo I como emperador, el 18 de enero de 1871, hasta 1918, cuando se convirtió en una república después de la derrota en la Primera Guerra Mundial y la abdicación de Guillermo II.
Durante sus 47 años de existencia, el Imperio alemán surgió como una de las economías industriales más poderosas de la Tierra y una gran potencia, hasta que se derrumbó después de su derrota militar en la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Noviembre. Los Estados fronterizos más importantes fueron el Imperio ruso en el este, Francia en el oeste y el Imperio austro-húngaro ubicado en el sur.
Las políticas internas de Bismarck jugaron un gran papel en la creación de una cultura política autoritaria en el Imperio. Menos preocupado por la política del poder después de la unificación continental en 1871, el gobierno semiparlamentario de Alemania llevó a cabo una revolución relativamente moderada, económica, política y social, dirigida desde arriba, que la llevó con el tiempo a convertirse en la principal potencia industrial de la época.
Rusia:
Imperio ruso es la denominación que se le da a Rusia entre 1721 y 1917. Abarcó grandes zonas de los continentes europeo, asiático y norteamericano, siendo el sistema político sucesor del Zarato ruso.
El Imperio ruso estaba gobernado por una monarquía hereditaria liderada por un rey autocrático (zar) desde la dinastía Románov. La religión oficial del imperio era el cristianismo ortodoxo, controlado por el monarca a través del Santísimo Sínodo Gobernante. Sus habitantes estaban divididos en estratos (clases) tales como dvoryanstvo (nobleza), el clero, los comerciantes, los cosacos y los campesinos. Los nativos de Siberia y Asia Central fueron oficialmente registrados en el estrato inorodtsy (extranjeros).
Francia:
Constituyó en el siglo XIX, tras el británico, el segundo gran imperio en importancia y extensión. Su más significado impulsor fue Jules Ferry,quien intentó mediante la política imperialista contrarrestar la derrota infringida por los prusianos en 1870 y estimular la autoestima nacionalista francesa. A comienzos de la centuria las posesiones ultramarinas de Francia se centraban en las Antillas y algunas plazas de la India.
Reino Unido:
El Imperio británico comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX, hasta el año 1949.
Alemania:
El Imperio alemán fue la forma de Estado que existió en Alemania desde su unificación y la proclamación de Guillermo I como emperador, el 18 de enero de 1871, hasta 1918, cuando se convirtió en una república después de la derrota en la Primera Guerra Mundial y la abdicación de Guillermo II.
Durante sus 47 años de existencia, el Imperio alemán surgió como una de las economías industriales más poderosas de la Tierra y una gran potencia, hasta que se derrumbó después de su derrota militar en la Primera Guerra Mundial y la Revolución de Noviembre. Los Estados fronterizos más importantes fueron el Imperio ruso en el este, Francia en el oeste y el Imperio austro-húngaro ubicado en el sur.
Las políticas internas de Bismarck jugaron un gran papel en la creación de una cultura política autoritaria en el Imperio. Menos preocupado por la política del poder después de la unificación continental en 1871, el gobierno semiparlamentario de Alemania llevó a cabo una revolución relativamente moderada, económica, política y social, dirigida desde arriba, que la llevó con el tiempo a convertirse en la principal potencia industrial de la época.
Rusia:
Imperio ruso es la denominación que se le da a Rusia entre 1721 y 1917. Abarcó grandes zonas de los continentes europeo, asiático y norteamericano, siendo el sistema político sucesor del Zarato ruso.
El Imperio ruso estaba gobernado por una monarquía hereditaria liderada por un rey autocrático (zar) desde la dinastía Románov. La religión oficial del imperio era el cristianismo ortodoxo, controlado por el monarca a través del Santísimo Sínodo Gobernante. Sus habitantes estaban divididos en estratos (clases) tales como dvoryanstvo (nobleza), el clero, los comerciantes, los cosacos y los campesinos. Los nativos de Siberia y Asia Central fueron oficialmente registrados en el estrato inorodtsy (extranjeros).
Francia:
Constituyó en el siglo XIX, tras el británico, el segundo gran imperio en importancia y extensión. Su más significado impulsor fue Jules Ferry,quien intentó mediante la política imperialista contrarrestar la derrota infringida por los prusianos en 1870 y estimular la autoestima nacionalista francesa. A comienzos de la centuria las posesiones ultramarinas de Francia se centraban en las Antillas y algunas plazas de la India.
Reino Unido:
El Imperio británico comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por el Reino Unido entre los siglos XVI y XX, hasta el año 1949.
El Imperio incrementó la tecnología, el comercio, el idioma y el gobierno británico por todo el mundo. La hegemonía imperial contribuyó al espectacular crecimiento económico del Reino Unido y al peso de sus intereses en el escenario mundial. En la actualidad, países que son potencias mundiales o de una gran importancia política mundial, que son herederos del Imperio británico son: Australia, Canadá, Estados Unidos, India y Nueva Zelanda.
Imperio otomano:
El Imperio otomano, también conocido como Imperio turco otomano, fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos, aunque los gobernantes osmanlíes jamás utilizaron ese nombre para referirse a su Estado.
Imperio austro-húngaro:
El Imperio austro-húngaro ocupaba la zona suroriental europea. En el siglo XIX se había extendido a costa del imperio turco pero había perdido su influencia en el centro de Europa por la fuerza de Prusia en el proceso unificador alemán, así como en la península italiana después de su unificación, aunque conservaba en su seno territorios de habla italiana en la zona alpina.
El sistema político estaba dirigido por el emperador Francisco José I de la dinastía de los Habsburgo, una familia real vinculada al imperio desde la Edad Media, y que reinó entre 1848 hasta su muerte en 1916. El régimen era autoritario.
Italia:
Imperio otomano:
El Imperio otomano, también conocido como Imperio turco otomano, fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos, aunque los gobernantes osmanlíes jamás utilizaron ese nombre para referirse a su Estado.
Imperio austro-húngaro:
El Imperio austro-húngaro ocupaba la zona suroriental europea. En el siglo XIX se había extendido a costa del imperio turco pero había perdido su influencia en el centro de Europa por la fuerza de Prusia en el proceso unificador alemán, así como en la península italiana después de su unificación, aunque conservaba en su seno territorios de habla italiana en la zona alpina.
El sistema político estaba dirigido por el emperador Francisco José I de la dinastía de los Habsburgo, una familia real vinculada al imperio desde la Edad Media, y que reinó entre 1848 hasta su muerte en 1916. El régimen era autoritario.
Italia:
El Imperio Italiano se consagró entre mediados del siglo XIX y mediados del XX, específicamente entre los años 1861 y 1946, y abarcó zonas de Europa Central, parte de África y el Egeo. Alcanzó su máxima expansión de territorio en el año 1940, (a pesar de esto, no abarcó ninguna región de América ni Asia, a excepción de Tianjin, China). Los italianos lograron conquistar Etiopía a través de un sistema fascista, con lo que dio inicio al crecimiento del imperio muy rápido.
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